Un Consejero de Salud Mental proporciona apoyo esencial a individuos que enfrentan desafíos emocionales, psicológicos o de comportamiento. Evalúan las necesidades del cliente, desarrollan planes de tratamiento y facilitan sesiones terapéuticas, fomentando el crecimiento personal y estrategias de afrontamiento. Las habilidades esenciales incluyen empatía, escucha activa y conocimiento clínico. La colaboración con equipos de atención médica mejora los resultados del cliente, mientras que las oportunidades de avance incluyen especializaciones en terapia o roles de supervisión. Un papel vital en la promoción del bienestar mental, el crecimiento profesional es robusto en diversos entornos organizacionales.