Un Pastor sirve como un líder espiritual dentro de una organización religiosa, guiando a los congregantes a través de la adoración, la educación y el servicio comunitario. Las responsabilidades clave incluyen predicación, consejería y deberes administrativos. Las habilidades esenciales abarcan comunicación, empatía y liderazgo. Trabajando típicamente en entornos congregacionales, los pastores colaboran con el personal y los voluntarios. La progresión de carrera puede llevar a roles eclesiásticos senior o ministerios especializados.