Un desarrollador de aplicaciones web diseña, construye y mantiene aplicaciones web dinámicas esenciales para mejorar la experiencia del usuario y cumplir con los objetivos organizacionales. Las responsabilidades clave incluyen codificación, depuración y optimización de software, junto con la colaboración con diseñadores, gerentes de proyectos y equipos de control de calidad. Se requiere competencia en lenguajes de programación (JavaScript, HTML, CSS, etc.) y marcos de trabajo. Típicamente, los desarrolladores trabajan en entornos centrados en la tecnología, con oportunidades de progresión a roles como desarrollador principal o arquitecto de software. La educación continua en tecnologías en evolución fomenta el crecimiento profesional.